Por Simon Laflamme, Consejero en medio ambiente y cambio climático.
Hace un año, en la cámara de comercio de Ayacucho, se realizó un evento en el que uno de los autores, el Sr. Alan Vera, expuso sobre el sistema de teleféricos de La Paz (Bolivia). Al finalizar la exposición, la pregunta recurrente que se hizo era de esperar: ¿puede Ayacucho tener su propio teleférico? En este artículo analizaremos la ciudad desde la movilidad, y expondremos los resultados del estudio desarrollado por el autor, donde se propone una alternativa posible para mejorar los desplazamientos y el uso del espacio público.
Luego de la exposición del Sr. Vera, las autoridades locales presentaron una opinión favorable, ideando una ciudad atravesada por una docena de líneas de teleférico que conectarían los cerros con el centro urbano. Mi reacción fue una mezcla de entusiasmo y perplejidad; teniendo poco tiempo de vivir en Ayacucho, aún desconocía la ubicación y la topografía de los barrios aludidos en la presentación. Recordaba haber tomado los teleféricos de La Paz y Medellín, ambos revolucionarios en su forma de mejorar el acceso de poblaciones marginadas al resto de la ciudad, pero Ayacucho, pensé, es una ciudad de 200,000 habitantes, no de dos millones.
Durante meses ahondé en la reflexión. Empecé a dibujar líneas en mapas, observé y recorrí las calles para así tener una mejor comprensión de la trama urbana, y averiguar el potencial de inserción de diferentes modos de transporte. En ese momento también participé en la segunda edición del Taller Internacional de Diseño Urbano (2019), que me dio la oportunidad de recorrer sectores al margen de la ciudad, como el Cerro La Picota, Mollepata y Andamarca. ¿Acaso creció mi entusiasmo por el teleférico? Pues la verdad que no. El teleférico es una idea atractiva, pero en mi opinión poco adaptada a la realidad de Ayacucho.
¿Por qué?
Primero, en Ayacucho, se puede agrupar la mayoría de laderas urbanizadas en dos categorías: aquellas que tienen una forma compacta y que están cerca al centro (como las de Quinuapata y el cerro Acuchimay), y aquellas que son más ralas y que están lejos del centro. Para las primeras, la cercanía reduce la utilidad del teleférico para ganar tiempo; para las segundas, la baja densidad de población implica mucha inversión para pocos/as beneficiados/as.
“ (…) la red vial actual provee una conexión bastante directa (rectilínea) al centro desde la mayoría de las laderas. Si un taxi te puede llevar de la Plaza de Armas a tu casa en 5-10 minutos, no ganarías mucho con un teleférico; incluso podrías terminar perdiendo más tiempo solamente para movilizarte hacia la estación.”
Segundo, la red vial actual provee una conexión bastante directa (rectilínea) al centro desde la mayoría de las laderas. Si un taxi te puede llevar de la Plaza de Armas a tu casa en 5-10 minutos, no ganarías mucho con un teleférico; incluso podrías terminar perdiendo más tiempo solamente para movilizarte hacia la estación. Por lo visto, sería mucho más eficiente invertir en mejorar las vías de acceso a los barrios, y adquirir buses modernos – incluso eléctricos – que lidien con las pendientes. Con la misma inversión de una línea de teleférico que conecta a un solo barrio, se podría mejorar los accesos a varios barrios, permitiendo que varios sistemas de movilidad puedan circular, además de asegurar la atención de servicios de emergencia (ambulancias y bomberos).
“Con la misma inversión de una línea de teleférico que conecta a un solo barrio, se podría mejorar los accesos a varios barrios, permitiendo que varios sistemas de movilidad puedan circular, además de asegurar la atención de servicios de emergencia (ambulancias y bomberos).”
Tercero, no todo en Ayacucho son cerros, y por ahí va el argumento más fuerte. La mayoría de destinos populares y zonas residenciales densamente pobladas – el centro histórico, el campus de la UNSCH, el nuevo Hospital Regional, el terminal terrestre Wari, Emadi, Jesús Nazareno, etc. – se encuentran en áreas relativamente planas que se extienden en un eje sureste – noroeste. Actualmente, numerosas rutas transcurren por este eje, causando congestión e inseguridad; resultaría más fácil mejorar la movilidad con un modo de transporte masivo y rápido, adecuado a las vías y que aproveche mejor la trama vial existente.
“La mayoría de destinos populares y zonas residenciales densamente pobladas – el centro histórico, el campus de la UNSCH, el nuevo Hospital Regional, el terminal terrestre Wari, Emadi, Jesús Nazareno, etc. – se encuentran en áreas relativamente planas que se extienden en un eje sureste – noroeste.”
Una opción menos costosa que el teleférico es el Bus Rapid Transit, o BRT, que es un sistema de corredores exclusivos de buses al estilo del Metropolitano de Lima, que se adapta a la demanda y realidad física de la ciudad (ancho de calles). Una línea de BRT puede transportar 3 veces más personas por hora que una línea de teleférico. En Ayacucho, este sistema tendría una huella territorial más reducida a la que tiene en Lima, pues la demanda es significativamente menor, lo que no exigiría dos carriles por sentido, ni obras de vialidad como pasos a desnivel.
“Una opción menos costosa que el teleférico es el Bus Rapid Transit, o BRT, que es un sistema de corredores exclusivos de buses al estilo del Metropolitano de Lima, que se adapta a la demanda y realidad física de la ciudad (ancho de calles). Una línea de BRT puede transportar 3 veces más personas por hora que una línea de teleférico.”
Las características claves del BRT es que cuente con buses de mayor capacidad que los medios tradicionales para transportar a más gente, y vías segregadas y paraderos consolidados que le permitan operar con mayor eficiencia, reduciendo el tiempo de recorrido. Implementar este sistema implicaría un cambio radical en el funcionamiento del transporte público, pasando de un modelo informal a uno más ordenado, donde es posible trasbordar de un vehículo a otro sin pagar dos veces.
“Implementar este sistema implicaría un cambio radical en el funcionamiento del transporte público, pasando de un modelo informal a uno más ordenado, donde es posible trasbordar de un vehículo a otro sin pagar dos veces.”
Otro impacto positivo que tendría el BRT es el de aliviar la congestión en el centro histórico, reduciendo el volumen de vehículos, que hoy transitan por las calles. Los vehículos de menor capacidad que hoy operan en las rutas, podrían pasar a ser alimentadores del sistema, acercando a los vecinos de las zonas más alejadas o menos densas. Cabe resaltar que el sistema de BRT no funciona solo, sino que trabaja en red con otros medios de transporte para conformar un sistema de movilidad en la ciudad.
“Otro impacto positivo que tendría el BRT es el de aliviar la congestión en el centro histórico, reduciendo el volumen de vehículos, que hoy transitan por las calles. Los vehículos de menor capacidad que hoy operan en las rutas, podrían pasar a ser alimentadores del sistema, acercando a los vecinos de las zonas más alejadas o menos densas.”
Como bien sabemos, lograr una reforma integral del transporte en las ciudades del Perú no es simple, pero en Ayacucho es más que posible. La pandemia nos ha dejado importantes enseñanzas en cuanto a la forma como nos movemos y usamos nuestros espacios públicos, deberíamos aprovechar esta coyuntura para impulsar los cambios que esperamos en la ciudad.
“La pandemia nos ha dejado importantes enseñanzas en cuanto a la forma como nos movemos y usamos nuestros espacios públicos, deberíamos aprovechar esta coyuntura para impulsar los cambios que esperamos en la ciudad.”
Para sumar a la discusión, compartimos un estudio donde se proponen algunas ideas para implementar el mencionado sistema en la ciudad. Pueden leer la propuesta completa en este enlace.
Imagen 1: Recorrido y estaciones del BRT propuesto para Ayacucho. El detalle de su implementación en este enlace.