GOBERNANZA LOCAL Y PUEBLOS ORIGINARIOS

Por Eduardo Santillana Toquero, arquitecto urbanista.

¿Pueden los pueblos originarios enfrentar o incluso co-exisitr con los grandes monstruos inmobiliarios?

Comenzando con entender que es un pueblo originario, este es reconocido por el gobierno y se define como aquel en el que sus habitantes se identifican como tales por su lengua, su indumentaria y rasgos físicos, y cuya estructura social y política se ha mantenido a lo largo de los años. Actualmente, estos pueblos corren el riesgo de desaparecer, llevándose tradiciones y costumbres que juegan un papel importante al hablar de arraigo cultural y pertenencia, afectado de forma irreversible su calidad de vida en equilibrio con la naturaleza.

“Comenzando con entender que un pueblo originario, (…) es reconocido por el gobierno y se define como aquel en el que sus habitantes se identifican como tales por su lengua, su indumentaria y rasgos físicos, y cuya estructura social y política se ha mantenido a lo largo de los años.”

En México, debido a la gran remuneración económica que el desarrollo inmobiliario genera, las políticas han estado orientadas a favorecer a los grandes desarrolladores inmobiliarios, quienes día con día amenazan con adueñarse del territorio y desaparecer los pueblos originarios. Esta situación hace urgente un planteamiento de gobernanza local dirigida a dichos grupos vulnerables.

La Ciudad de México actualmente conserva alrededor de 140 pueblos originarios, muchos de ellos en un alto riesgo de desaparecer, víctimas de un plan de gentrificación poco planeado que ha priorizado los intereses económicos de un grupo sobre la vida de estos colectivos y sus culturas.

“En México, debido a la gran remuneración económica que el desarrollo inmobiliario genera, las políticas han estado orientadas a favorecer a los grandes desarrolladores inmobiliarios, quienes día con día amenazan con adueñarse del territorio y desaparecer los pueblos originarios.”

Un caso actual, para hacer notar la importancia de la gobernanza local en los pueblos originarios, surge en el pueblo de Xoco, el cual está siendo amenazado por la desmedida urbanización. Xoco es un poblado ubicado al sur de La Ciudad de México, cuyos orígenes datan de la época prehispánica, aunque su mayor legado histórico está vinculado a la época colonial. Hoy en día sus pobladores están siendo desplazados debido al megaproyecto conocido como Mitikah (Ver fig. 1), el cual comprende un complejo corporativo, comercial y habitacional, y que tiene como punto emblemático lo que pretende ser el rascacielos más alto de la ciudad, con una altura de 276,3 metros de altura. Esto, traducido en impactos, muestra un claro y evidente problema a corto plazo para los pobladores de Xoco, en lo que se refiere a abastecimiento de agua y mayor movilidad en la zona, debido a un nulo plan de mitigación e inversión en infraestructura, y por supuesto a la poca voz de participación que se les dio a los pobladores.

“Un caso actual surge en el pueblo (de origen prehispánico) Xoco, el cual está siendo amenazado por la desmedida urbanización. (…) Hoy en día sus pobladores están siendo desplazados debido al mega proyecto conocido como Mitikah, (…) que tiene como punto emblemático lo que pretende ser el rascacielos más alto de la ciudad, con una altura de 276,3 metros de altura.”

La tala no autorizada de más de 80 árboles, la privatización de avenidas principales, y sobre todo la nula participación en la toma de decisiones, han sido solo algunas de las razones por las cuales los pobladores de Xoco han mostrado inconformidad e incluso se han manifestado, cerrando avenidas en las periferias del pueblo.

Es por ello que es urgente la implementación de marcos legales que permitan involucrar en la gobernanza local a los pueblos originarios, con el soporte de actores gubernamentales, para que puedan ser partícipes y responsables de las decisiones que impactan en el desarrollo del territorio y en la preservación de sus tradiciones y culturas. De esta forma se podrán discutir con una mirada más amplia los grandes proyectos inmobiliarios, buscando reducir sus impactos negativos y ampliar sus beneficios en la vida y preservación de las costumbres locales. 

“(…) es urgente la implementación de marcos legales que permitan involucrar en la gobernanza local a los pueblos originarios, con el soporte de actores gubernamentales, para que puedan ser partícipes y responsables de las decisiones que impactan en el desarrollo del territorio y en la preservación de sus tradiciones y culturas.”