Por Melissa Torres Samamé, arquitecta.
A más de un año de la pandemia, el tratamiento y acondicionamiento de los espacios públicos en Chiclayo parece no mejorar, evidenciando el mismo conflicto de siempre: más espacio para el auto que para el peatón. Hasta ahora se nos continúa exigiendo los 1,5 metros de distanciamiento físico a pesar de las condiciones deficientes de las aceras y cruces peatonales. Por ello ¿qué se ha hecho por nuestros espacios públicos en este difícil contexto?
Al inicio de la pandemia fue notable la alerta sobre los focos contagiosos en espacios como los mercados y sus alrededores, en centros comerciales y el centro histórico, por la concentración de actividades económicas y administrativas. Ante esto, el año pasado la Organización Panamericana de Salud recomendó no acudir a espacios cerrados ni concurridos. Además, el Gobierno Peruano convocó mediante el D.S. N°008-2021-PCM que los gobiernos locales faciliten “el uso de los espacios públicos situados en su jurisdicción, promoviéndolos y acondicionándolos, con el fin de contribuir a la mejora de las condiciones de la salud física y mental de las personas”. Ante ello, la Municipalidad Provincial de Chiclayo optó por cerrar el pase vehicular al parque principal y algunas calles del centro histórico. Sin embargo, las medidas no son suficientes.
“(…) el Gobierno Peruano convocó que los gobiernos locales faciliten “el uso de los espacios públicos situados en su jurisdicción, promoviéndolos y acondicionándolos, con el fin de contribuir a la mejora de las condiciones de la salud física y mental de las personas”. (…) la Municipalidad Provincial de Chiclayo optó por cerrar el pase vehicular al parque principal y algunas calles del centro histórico. Sin embargo, las medidas no son suficientes.”
Entre febrero y marzo, el Colectivo ciudadano Peatón CIX realizó una encuesta para conocer la percepción sobre que espacios son los que conllevan mayor riesgo y la importancia de la apertura planificada a las playas. En ese sentido, 88% señaló a los mercados como el espacio más riesgoso seguido de los centros comerciales con 72%. Asimismo, la iniciativa CIX Data demostró que hubo un aumento progresivo de personas que migraron de distintos medios de transporte, de 11% a 35% en bicicleta y de 21% a 37% a la caminata [1]. Estas cifras demuestran la atención que debieran suscitar nuestras calles, aceras, parques o mercados en aras de promover el distanciamiento físico y el desarrollo de actividades en espacios seguros y apropiados.
En Chiclayo, las calles son el espacio público por excelencia. Actividades sociales, económicas y culturales son llevadas a cabo día a día. Para inicios del año 2020, realizamos una serie de encuestas[2] de las que destacamos que el 32% de encuestados no siente seguridad al cruzar una calle, el 33% cree que las aceras no son accesibles, el 51% cree que los espacios públicos no presentan áreas ni mobiliarios cómodos y el 60% mencionó sentir miedo en algún momento del día. Estas afirmaciones hechas pre pandemia evidencian la desatención en términos urbano-arquitectónicos, pero también la urgencia de un modelo claro de espacio público y ciudad, que priorice los problemas y necesidades de la diversidad de usuarios, más aún en el contexto actual.
“En Chiclayo, las calles son el espacio público por excelencia. Actividades sociales, económicas y culturales son llevadas a cabo día a día. Sin embargo, se evidencia la desatención en términos urbano-arquitectónicos, pero también la urgencia de un modelo claro de espacio público y ciudad, que priorice los problemas y necesidades de la diversidad de usuarios, más aún en el contexto actual.”
A puertas de la aprobación del nuevo Plan de Desarrollo Metropolitano 2020-2040 para Lambayeque, se abre una importante oportunidad para gestionar y planificar nuestros espacios públicos bajo un enfoque humano, diverso y resiliente promoviendo la caminata y el uso de la bicicleta, así como el uso de nuestros parques y calles para aportar a una mejor salud pública y psicológica. En ese sentido, la Guía de Acondicionamiento de Espacios Públicos Abiertos[3], elaborada por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, ofrece herramientas claras para la Municipalidad plantee acciones que permita a la ciudadanía establecer lazos de confianza y apropiación de la ciudad, mediante la realización de actividades económicas, sociales y culturales, aún en contextos de pandemia.
Aún en este contexto adverso, tenemos en nuestras manos la posibilidad de transformar nuestra experiencia urbana desde la recuperación de nuestros espacios públicos, para la mejora integral de nuestra salud y economía, y la reducción de la enorme desigualdad que hoy nos pesa.
“A puertas de la aprobación del nuevo Plan de Desarrollo Metropolitano 2020-2040 para Lambayeque, se abre una importante oportunidad para gestionar y planificar nuestros espacios públicos bajo un enfoque humano, diverso y resiliente promoviendo la caminata y el uso de la bicicleta, así como el uso de nuestros parques y calles para aportar a una mejor salud pública y psicológica.”
[1] Encuesta ¿Cómo volvemos a circular en Chiclayo?, 2020.
[2] Los resultados mencionados corresponden a los “no” dados como respuestas de una escala de cuatro niveles: no, casi nada, algo y sí de la encuesta sobre la vida pública que formó parte de la tesis de maestría denominada Exclusión socio-espacial y espacio público construido en Chiclayo, Perú (2020).
[3] Guía diseñada por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. https://bit.ly/38vF51W
La ciudad de Chiclayo es ideal para el uso peatonal intensivo y extensivo, así como para el traslado personal a través de la bicicleta. Por su clima templado, la cercanía de las urbanizaciones y por su propia gente de espíritu jovial y juvenil. Lo que se requiere es mejorar la infraestructura caminable, vía el parchado de veredas y arreglo duradero de los llamados martillos, además de culminar con el plan de rampas en todas las esquinas de la ciudad, incrementar el mobiliario urbano e incrementar luminarias y potencia eléctrica nocturna y, por supuesto, solucionar definitivamente el problema de la eliminación de residuos sólidos y del riego tecnificado de las áreas verdes. La erradicación de los vehículos motorizados en las zonas céntricas y alrededor de rotondas y óvalos sería el paso inmediato a obtener una ciudad con una gran calidad ambiental, en la que el caminar sería un verdadero placer. La necesidad perentoria de los terminales terrestres, la prohibición del cruce de la ciudad por los vehículos pesados, que van de sur a norte de la panamericana, así como la limitación en la propiedad personal de vehículos motorizados, convertirían a Chiclayo en la CIUDAD DEL ENCUENTRO AMIGABLE, extendiendo el concepto de la CIUDAD DE LA AMISTAD. Muy buen artículo, que pone sobre el tapete la necesidad de trabajar en serio por nuestra ciudad.
Gracias Enrique, gracias por revisar siempre nuestra página. Lo que mencionas es un anhelo al que todos los chiclayanos debieran aspirar, y presionar a sus representantes para que se concrete.
¡Saludos!
Aldo
Lo que falta es que los ciudadanos tomen conciencia de sus derechos y responsabilidades y el acercar artículos como este y otros similares, al conocimiento popular es un excelente primer paso. Muchos éxitos.
¡Muchas gracias Enrique! nos esforzamos en comunicar las ideas que consideramos suman a la recuperación de la ciudad para las personas, en igualdad y de forma equilibrada; buscando que las plusvalías que el Estado genera mediante la inversión pública y pública privada puedan volver en más inversiones, y estimulando la generación de vivienda diversa, accesible y de calidad para todos.
Saludos y gracias por escribir.
Aldo