Por Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista.
18/04/2022
La segunda semana de abril se cerraron las inscripciones para las elecciones internas en los partidos, de cara a las elecciones de gobiernos subnacionales del presente año.
Si bien aún no tenemos a los candidatos definitivos, la realidad es que la mayoría de partidos ha presentado listas únicas, por lo que podemos ya vislumbrar quiénes competirán por las cerca de dos mil municipalidades. De estas, 52 están dentro del área metropolitana de Lima y el Callao.
Hablando sobre los precandidatos para Lima Metropolitana (MML), la ciudad más grande del país, tanto en dimensión como en población, no ha habido mayores sorpresas. Se ha confirmado la participación de políticos como Rafael López Aliaga, Daniel Urresti y George Forsyth, a quienes vimos hace poco compitiendo por el sillón presidencial, y de los actuales alcaldes distritales Luis Molina, Edde Cuéllar, Álex Gonzales y Álvaro Paz de la Barra, estando los partidos de los dos últimos aún no inscritos.
El Partido Morado ha presentado la precandidatura del abogado Guillermo Flores Borda, a quien acompaña la abogada y experta en movilidad urbana Cynthia Yamamoto, quizás la única especialista en temas urbanos de todos los precandidatos.
La campaña aún no ha empezado pero el panorama no es muy alentador, porque los “viejos conocidos” han demostrado que, para algunos Lima es un “premio consuelo” o un “trampolín” para su carrera, o que tienen una visión de la ciudad sesgada a la llamada “Lima Moderna” o “Lima Centro”. Ni hablar de los que tienen denuncias por corrupción o violencia de género, o quienes han tenido abiertos actos de discriminación contra los vecinos de los llamados distritos “populares”; esos que, para algunos políticos, “bajan de los cerros” o no forman parte de Lima.
«Estas precandidaturas son sólo una muestra de que, sin una reforma política que fortalezca los partidos políticos con estructuras meritocráticas y militancia activa, el que “se vayan todos” no nos va a garantizar que los que vengan sean los mismos, o aún peores.«
Ya hemos escrito en diversos artículos que Lima es, quizás, el mejor espacio político para hacerse notar, pero uno de los más complejos de gobernar del país; y ello no es fortuito. El presupuesto de la municipalidad es ínfimo, y no sólo no le permite financiar las obras que la ciudad necesita para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, sino que tampoco le permite fortalecer con cuadros técnicos altamente capacitados los diferentes organismos de planificación, gestión y gobierno. No podemos decir que es porque “somos un país pobre”, pues el Ejecutivo invierte 45 veces el presupuesto de la MML en obras dentro de la ciudad, imponiendo su criterio (e interés).
«Ya hemos escrito en diversos artículos que Lima es, quizás, el mejor espacio político para hacerse notar, pero uno de los más complejos de gobernar del país; y ello no es fortuito.«
Es verdad que hay mucho por reformar para que podamos tener un gobierno municipal con recursos suficientes, autonomía económica y política, pero hasta que eso suceda debemos gobernar con lo que tenemos. En ese sentido, y viendo las limitaciones y debilidades del cargo, desde mi punto de vista existen seis cualidades que debemos buscar en los candidatos.
Primero que nada, necesitamos a un ciudadano que ame a su ciudad, que esté orgulloso de haber crecido aquí; que conozca sus diferentes distritos, y sienta a todos sus ciudadanos como sus iguales.
En segundo lugar, necesitamos un alcalde que se haga fuerte desde sus vecinos; trabajando con los alcaldes distritales, e implementando una propuesta de gobierno descentralizada y dialogante. Los vecinos deben saber que pueden llegar a su alcalde, que él los conoce y escucha, y que está trabajando para hacer de su ciudad un mejor lugar para vivir. Con ese capital político podrá enfrentar las debilidades del cargo, e incluso presionar al Ejecutivo y Legislativo para el financiamiento de los proyectos prioritarios, o las reformas necesarias para mejorar la gobernanza.
«En segundo lugar, necesitamos un alcalde que se haga fuerte desde sus vecinos; trabajando con los alcaldes distritales, e implementando una propuesta de gobierno descentralizada y dialogante.«
En tercer lugar, necesitamos un alcalde que conozca la gestión pública y, en particular, la municipal, y que cuente con cuadros técnicos y políticos preparados. Eso lo podremos evaluar con las listas de regidores y con los planes de gobierno. Sobre todo, debemos dudar mucho de los que usan a la ciudad como premio consuelo, pues saltarán de su puesto ni bien se les presenta otra oportunidad política (como ha pasado más de una vez).
«En tercer lugar, necesitamos un alcalde que conozca la gestión pública y, en particular, la municipal, y que cuente con cuadros técnicos y políticos preparados.«
En cuarto lugar, necesitamos a un demócrata, carismático y dialogante, con capacidad de articular las políticas nacionales con las locales; así como los intereses distritales y de las provincias vecinas con los metropolitanos. De la misma manera, que tenga la capacidad de incentivar la inversión privada y las iniciativas ciudadanas, siempre enmarcadas en la búsqueda del mejor bien.
En quinto lugar, necesitamos un visionario, que pueda conectar los sueños individuales en un gran anhelo colectivo; esa “marca Lima” que, como la selección nacional de fútbol o la gastronomía, pueda aunar nuestra diversidad; como ya se ha hecho en diversas ciudades del mundo, como Barcelona y Nueva York.
En sexto lugar, necesitamos a un innovador, que pueda encontrar las formas para resolver las carencias y debilidades de la gestión, y poder encaminar los grandes proyectos que la ciudad necesita para poder dejar de ser “lima la horrible” (contaminada y caótica), y pasar a ser la ciudad que todos soñamos.
«En sexto lugar, necesitamos a un innovador, que pueda encontrar las formas para resolver las carencias y debilidades de la gestión, y poder encaminar los grandes proyectos que la ciudad necesita para poder dejar de ser “lima la horrible” (contaminada y caótica), y pasar a ser la ciudad que todos soñamos.«
Si ustedes ven en alguno de los candidatos estas cualidades, u otras que deberíamos sumar a esta lista, por favor háganlo público para que todos podamos apoyarle con nuestro voto. Nuestro futuro, en gran medida, depende de nuestras elecciones, y ahora tenemos la oportunidad de tomarla.
Apreciado Colega,
El problema de Lima, es una evidencia mas de lo que acontece en toda la América Latina, donde el asunto de la «meritocracia», hace muchos años dejo de ser una de los requerimientos para gobernar una ciudad. Hoy prevalece el individuo sin militancia política y menos disciplina de partido; se dice coloquialmente, que para ser «político» y ocupar un cargo de dirección o de gobierno, no es necesario tener una Hoja de Vida que de cuenta de su preparación política, administrativa, experiencia y fundamentalmente la vocación de servicio a su comunidad. Hoy es suficiente con tener un «prontuario», para ser aceptado por los «jefes políticos» y por la misma gente.
Lástima, pero estamos condenados a que esa situación perdure en el tiempo, en tanto, no se recupere la conciencia social y la cultura política.
Saludos.
Muchas gracias Marco por leernos y comentar la publicación. Es verdad, pero no deberíamos dejar de preguntarnos, ¿de dónde vienen los políticos? de Marte seguro que no… Son uno más de nosotros, y creo que allí está la clave para renovar la política en nuestros países: una reforma política que eleve las actuales exigencias a los partidos y candidatos, mejorar estructuralmente la educación, para formar mejores ciudadanos, y volver a la militancia, para cambiar los partidos desde dentro… o crear nuevos!
Te mando un gran abrazo, hace mucho que no publicas en Urbanistas.lat!
Saludos.
Aldo
Muy buen enfoque Aldo. Mencionas cualidades personales, pero yo me permito añadir exigencias que deberían plantearse a los candidatos. La participación de la política partidaria en las elecciones municipales ha tergiversado tremendamente el objetivo y trascendencia de dichas elecciones. No tenemos buenos partidos políticos, los existentes se ofrecen como vientres de alquiler, en el mejor de los casos, o actúan como descarados negocios que propician los fraudes electorales con el fin de adueñarse de los gobiernos locales y copar cargos y puestos con correligionarios de muy bajo nivel, para luego seguir ascendiendo en todo lo que este pésimo sistema electoral permita, apañe y consolide. Los alcaldes, sus regidores y equipo de funcionarios deben tener, señalado por ley, un mínimo de formación académica, una considerable experiencia laboral en el rubro y, sobre todo haber alcanzado cierto liderazgo y trascendencia dentro de sus comunidades. Necesitamos una mejor Ley de Elecciones Municipales, que levante la valla, supervise los procesos, promueva el debate y la discusión sobre la ciudad y sus problemas más inmediatos y posibles, pero no solo en las épocas electorales. Necesitamos una formación ciudadana que haga tomar consciencia de la importancia de dichos cargos, funciones y responsabilidades, que conozca sus derechos, que esté dispuesta a cogobernar y que, sobre todo, se haga responsable de cada gestión, que con su apoyo, se encuentra en ejercicio. Lo peor que nos puede haber pasado como comunidades urbanas, es haber permitido se politicen al extremo las elecciones municipales y que quienes accedan a los gobiernos sean los más grandes aprovechadores, vividores y, por ende, incapaces de nuestras propias comunidades, pero que se saben poseedores del respaldo partidario y de los fondos de campaña que luego se apurarán en devolver, cerrando el círculo vicioso del peor sistema municipal que pueda existir. Necesitamos debatir sobre nuestro sistema municipalista, elecciones, participación ciudadana integral y responsable, modificar la Ley Orgánica, hacer respetar la jerarquía de normas legales, devolviéndole a las municipalidades provinciales la autonomía en la planificación urbana, mejorar presupuestos, pero sobre todo, FORMAR CIUDADANOS.
Muchas gracias Enrique por tus comentarios, en efecto, necesitamos una reforma política (se está hablando mucho de esto a partir de los enormes problemas que estamos padeciendo con el actual gobierno y congreso), y una mejora estructural de la calidad educativa, que no sólo es de infraestructura, sino, y sobre todo, de contenidos. Si no invertimos en formar mejores ciudadanos, como bien dices, nunca tendremos mejores representantes. Recordemos que los políticos no vienen de otro planeta, sino que saben de nuestros barrios y ciudades…
Saludos! y muchas gracias por leernos y sumar con tus opiniones.
Aldo
Concuerdo con tus seis requisitos para tener un buen alcalde de nuestra Lima estimado Aldo, ya que muchos amamos y ansiamos que llegue a su gobierno una persona idonea, preparada y capaz de revertir los principales problemas de la ciudad y sobre todo mejore la calidad de vida de nuestros conciudadanos, y como ya están casi definidos muchos de los candidatos al sillón municipal de nuestra capital veo con mucha tristeza que muchos de ellos ya están descartados si los calificamos con tu propuesta, pues varios confunden las funciones del gobierno central con las de un gobierno local, cuyas problemáticas son totalmente diferentes como lo son sus políticas y han postulado a la presidencia anteriormente, y hoy aspiran a la Alcaldía solo como un trampolín para volver a su primer objetivo; en cuanto al primer requisito deberemos estar atentos a sus campañas para descubrir si realmente aman nuestra Lima, en segundo lugar tal vez los que fueron alcaldes distritales han debido trabajar con vecinos y desarrollar políticas de participación vecinal y haber hecho gestión publica municipal, sin embargo donde si veo mucha carencia es en las 3 ultimas cualidades ser demócrata, tener visión de ciudad y ser innovadores.
Gracias Eric por leernos y comentar el artículo. Si, como bien mencionan los que hoy lideran las encuestas de intención de voto son viejos conocidos, que seguro dejarán el cargo si se llegaran a anunciar elecciones adelantadas; o que lo usarán con fines políticos electorales. Ya no habrán novedades, pues los precandidatos, en la mayoría de casos, serán los candidatos, así que lo que debemos hacer es buscar en esas personas a la que mejor cumple con las cualidades que buscamos para el nuevo gestor de la ciudad.
Saludos!
Aldo
En las elecciones realizadas hace un par de días para la alcaldía de Lima y sus distritos, pudimos evidenciar algunos sucesos muy sospechosos que se revelan a la luz al pasar de los días, como propuestas poco creíbles o antecedentes penales de parte de los candidatos, entre otras cosas.
Esto causó una cierta desconfianza en el público al votar para los futuros alcaldes de Lima y sus distritos, ya que estos presentaban propuestas poco creíbles ante problemas de gran seriedad, como la inseguridad ciudadana, la cual es una problemática muy importante que los candidatos no toman en cuenta.
Por lo que según mi postura, necesitamos un alcalde que sea firme y justo, que tome las decisiones correctas para mejorar el entorno de convivencia entre los peruanos, y que no simplemente este diciendo promesas que al final no va a cumplir. Por ejemplo, en las elecciones del 2022, el candidato Urresti mencionó que iban a atrapar a 200 ladrones diarios, esto nos genera preguntas que el candidato no logró especificar en el debate cómo: ¿Con qué personal atrapará a los ladrones?¿Acaso el poder judicial tendrá el tiempo para procesar tantos casos de delincuencia? Todo esto apunta a que esta propuesta es imposible de cumplir, por lo que se considera una propuesta inviable.
En primer lugar, según Facho (2022) señala que “Necesitamos a un innovador, que pueda encontrar las formas para resolver las carencias y debilidades de la gestión, y poder encaminar los grandes proyectos que la ciudad necesita para poder dejar de ser “lima la horrible” (contaminada y caótica), y pasar a ser la ciudad que todos soñamos.“. Es decir, necesitamos a una persona que tenga una mente innovadora para poder resolver problemas que afecta a la convivencia ciudadana, como asesinatos, violaciones o robos, o en otras palabras, la inseguridad ciudadana. Esto nos señala, que los candidatos tienen que estar aptos para generar propuestas que puedan ser realizadas y ejecutadas.
En segundo lugar, según el artículo de Ceas (2021), los candidatos tienen que cumplir con ciertos criterios para que los ciudadanos podamos escoger más fácilmente al mejor candidato, estos criterios son la integridad, el bien común, el liderazgo solidario, la protección de la vida humana y de la creación y las propuestas pertinentes. Esto nos indica que para que un candidato esté apto para asumir el cargo de alcalde, tiene que cumplir los criterios ya mencionados, pero en estas elecciones, se nos ha revelado que la mayoría de candidatos no cumplen con ni siquiera un criterio. Retomando el ejemplo de Urresti, que mencionó que iban a arrestar a 200 ladrones diarios, se puede evidenciar que esta propuesta planteada, no cumple con el criterio de propuestas pertinentes, y así hay varios candidatos que no cumplen con otros criterios.
En conclusión, podemos deducir que los candidatos de estas elecciones, no están preparados para ser alcaldes debido a sus deudas, a sus antecedentes penales y principalmente, por sus propuestas poco viables que no aportan a la disminución de la inseguridad ciudadana. Además de eso, en el debate realizado hace poco días, se pudo evidenciar que los candidatos no tenían claras sus propuestas y tampoco sabían cómo realizarlas o con qué dinero ejecutarlas. Y todo esto generó que los ciudadanos no sepan por quién elegir como su representante debido a que al parecer, ninguno estaba apto para asumir con responsabilidad el cargo de alcalde.
(Que les parece, es un texto argumentativo sobre la información mencionada para un proyecto del colegio)
Gracias Renato por compartir tus reflexiones, considero que reflejan la crisis política que vivimos, que es el reflejo de la profunda crisis de nuestra sociedad. ¿Cómo podemos aportar a revertir esta situación?
Saludos.
Aldo