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EL PUENTE DE LA ENEMISTAD

Ramón Chehade Herrera, abogado urbanista

La reciente polémica desatada por la negativa municipal a retirar una reja en el límite del malecón de San Isidro a fin de permitir la continuidad del tránsito peatonal y de ciclistas que vienen de Miraflores, ha generado una legítima protesta ciudadana y una acción judicial contra el alcalde de San Isidro por atentar contra el libre tránsito de las personas, derecho fundamental reconocido por nuestra Constitución.

El fundado reclamo ciudadano descansa en sólidas razones para exigir que el recientemente instalado “Puente de la Amistad” cumpla con la función para la que fue implementado y para lo cual se destinaron recursos públicos por cerca de ocho millones de soles, según recientes declaraciones del alcalde metropolitano reclamando el retiro de la reja.

Las razones esgrimidas por la municipalidad de San Isidro para oponerse a su retiro consideran que la continuidad de la ciclovía se resolverá por la Av. Del Ejército, incrementando la inseguridad de los ciclistas y probablemente reduciendo los carriles vehiculares en un sector vial muy sensible con subidas y bajadas hacia la costa verde, en lugar de brindar una continuidad vial segura a los ciclistas permitiendo su continuidad natural a través del futuro parque ecológico de San Isidro, sin entrar en conflicto con el flujo vehicular.

La municipalidad de San Isidro argumenta que el proyecto de parque ecológico no consideró ciclovías, razón por la cual no se pueden implementar, situación que debe ser prontamente corregida por ser la alternativa de interconexión distrital más segura y razonable. Curiosamente, en el video institucional en el que la municipalidad de San Isidro promociona el nuevo parque ecológico del distrito en YouTube, no solo se aprecian personas paseando en bicicleta, sino que se afirma que contará con ciclovía y parqueos para bicicletas.

Una segunda razón esgrimida por la municipalidad de San Isidro, aún más absurda que la anterior, es que el acceso al parque ecológico no será libre, sino que tendrá horarios y controles de acceso. Nada más alejado de la esencia y finalidad de un espacio público.

La tercera razón expuesta por las autoridades sanisidrinas para fundamentar su negativa a la conexión vial es que el puente de la amistad no se conecta con el parque ecológico, sino que choca con el estacionamiento del mercado municipal y que para llegar hasta el parque habría que atravesar un terreno de 1,200 m2. Imaginamos que esta situación también puede ser fácilmente resuelta considerando el escaso metraje que implica implementar una ciclovía y la amplia versatilidad que ofrece este medio de recreación y transporte.

Esperemos que no sea necesario que un ciclista sea atropellado al tratar de cruzar de un distrito a otro empleando la Av. Del Ejército para que recién entonces, como suele ocurrir tantas veces en nuestro medio, se contemple la urgente necesidad de conectar la ciclovía del Puente de la Amistad con el futuro proyecto de parque ecológico.

Confiamos en que estas contradicciones urbanas producto quizá de la falta de experiencia en la gestión municipal o en una errada concepción de los espacios públicos (como un proyecto de parque ecológico donde no se contemplaron ciclovías o cuyos accesos serán controlados por horarios determinados), sean pronto corregidas por la actual gestión municipal que gobierna el distrito de San Isidro.

La ciudad es una sola. Los límites geográficos distritales no deben ser concebidos como fronteras con aduanas, menos aún cuando se trata del libre tránsito y de la seguridad de la persona.

 

Fuente de la imagen: https://elcomercio.pe/lima/obras/puente-de-la-amistad-la-conexion-que-aun-debe-esperar-informe-noticia/

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