Retos para el desarrollo sostenible del norte
Por Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista
Publicado originalmente en El Comercio
07/05/2025

El Papa León XIV es peruano por elección. En su primer discurso como sumo pontífice saludó con afecto a la diócesis de Chiclayo, “donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo y compartido su fe”. Su entronización representa un mensaje de esperanza para una nación sumida en la apatía y desaliento, a poco más de un año de las elecciones generales.
La creciente inseguridad que enfrentamos, con cifras que baten récords históricos cada día, refleja el abandono del Estado hacia sus ciudadanos. El sentimiento generalizado es de miedo e incertidumbre, como lo evidencia la preocupante cifra de peruanos que emigraron en 2024. En medio de esta crisis, el Cardenal Prevost es elegido Papa y los ojos del mundo se posan sobre nuestra tierra.
De forma diligente, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), junto al Gobierno Regional de Lambayeque, lanzó la “Ruta Turística del Papa León XIV”, que busca posicionar al departamento como destino histórico y religioso. Este proyecto podría convertirse en un motor de desarrollo económico para el norte del país, capitalizando su patrimonio arqueológico, natural y cultural. Sin embargo, para que el interés inicial se traduzca en un impulso sostenido, es necesario resolver problemas estructurales que hoy limitan su potencial.
El primero es la inseguridad. Según cifras del INEI, después de Lima Metropolitana, los departamentos de Lambayeque, La Libertad y Piura presentan el mayor número de denuncias por delitos. El 80% de su población se siente vulnerable, incluso dentro de sus propias casas. Esta situación no excluye a los turistas, quienes suelen ser blancos fáciles para la delincuencia.
El segundo desafío es la deficiente infraestructura de transporte. El Índice de Competitividad de Transporte Aéreo de la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA) ubica al Perú entre los países con peor infraestructura de la región, por su alta congestión y escasa conectividad aérea directa (IPE para El Comercio, 2025). A esto se suma el defectuoso estado de las carreteras, la mayoría de un carril por sentido, la ausencia de autopistas y de trenes que conecten eficientemente las ciudades.
El tercer obstáculo es la urbanización informal y la precariedad de la infraestructura urbana en las ciudades de la costa norte, que se agravan con cada Fenómeno del Niño. Cada año se repiten escenas de barrios inundados, familias aisladas y un sistema de salud colapsado, como una versión contemporánea de las diez plagas de Egipto. Paradójicamente, estos eventos ocurren durante la temporada alta del turismo estival, que valora las playas del norte por su belleza y autenticidad.
Por último, la fragilidad de nuestro sistema educativo impide formar el talento que el país necesita para aprovechar esta oportunidad. La Contraloría y otras entidades han alertado sobre el deterioro de los colegios públicos y el bajo rendimiento escolar, factores que afectan directamente el desarrollo del capital humano.
¿Cómo transformamos esta crisis en una oportunidad?
Lo primero es recuperar al Estado. Las elecciones generales de 2026 nos permitirán renovar el gobierno nacional y el Congreso, así como elegir nuevos gobiernos regionales y municipales. Como ciudadanos, debemos exigir a los candidatos propuestas concretas, viables y sostenibles, respaldadas por equipos técnicos capaces de ejecutarlas. En paralelo, nos corresponde fiscalizar a las actuales autoridades para asegurar una adecuada transición y la continuidad de los proyectos clave.
En ese sentido, el proyecto de la “Ruta Turística del Papa León XIV” es una gran oportunidad para alinear intereses e inversiones que orienten el desarrollo sostenible de las ciudades del norte del país. Para asegurar su concreción, es importante que la Presidencia del Concejo de Ministros trabaje junto a los gobiernos regionales un plan estratégico e integral que fortalezca la gobernanza territorial, identifique las brechas, determine y priorice los proyectos, y organice eficientemente los recursos; estableciendo el camino para las siguientes administraciones.
Transformemos juntos esta iniciativa en un verdadero motor de cambio, mostrándole al mundo la mejor versión del país que enamoró al Papa León XIV.