Por Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista
imagen 1: Huaca Pujllana. Foto: evelyn merino reyna
Lima tiene algo que te hace amarla, que te permite superar el caos de sus calles, el abandono de su historia, y la precariedad de algunos de sus barrios. Será el mar, al que te acercas por alguno de sus acantilados naturales, o caminando por cualquiera de los distritos que tienen el privilegio de recibir su brisa. Será su historia, de la que hablan alguno de sus 365 sitios arqueológicos, el Centro Histórico o los barrios republicanos; serán sus cuencas, que transforman desierto en verde, o quizás sus montañas, que se cubren de amarillo gracias a la flor de amancaes.
Serán sus gentes, que sincretizan tradiciones, historias y culturas; ese patrimonio inmaterial que se construye cada día, en cada calle, en cada plaza, en cada parque, que le da sentido a lo “público” de los “espacios” que la ciudad debe brindar a sus ciudadanos. En ellos nos encontramos cada día, intercambiando sueños y deseos, igualados por el derecho inalienable de poder transitar en libertad.
imagen 2: Gentes de Lima. Foto: Eleazar Cuadros
Lima, como toda ciudad, se debe a sus espacios públicos, y la calidad y accesibilidad de los mismos nos habla de nuestra salud como sociedad. Las últimas décadas han sido las del asfalto, priorizando lo que se pensó que era el “vehículo” del desarrollo, olvidándose en el camino a las personas; a quienes hoy cada vez más limeños reivindicamos. También fueron las décadas de las rejas, justificadas por la creciente delincuencia, pero a veces también por el temor al “otro”. En esa pérdida del sentido de lo “público” nos redujeron las veredas y las áreas verdes, nos prohibieron jugar pelota o trepar a los árboles, y hasta nos dijeron que debíamos pagar una entrada para el mantenimiento de nuestros parques. La toma de conciencia de esos valores perdidos, nos permite ahora reclamar una ciudad más humana, como la que vivieron nuestros padres y abuelos.
imagen 3: Lima, calles enrrejadas. Fuente: El Comercio
Pero, ¿cómo recuperar esa calidad de vida urbana con una ciudad que se duplicó en superficie y población en los últimos 40 años con una escasa dotación de espacios públicos? El Ministerio de Cultura, con el programa “Lima, la ciudad de las Huacas”, ha reconocido la importancia de estos espacios arqueológicos para la ciudad, y mediante el proyecto “Puerto Cultura” ha planteado su puesta en valor y apertura de las áreas contiguas para el desarrollo de espacios públicos, con la colaboración de las municipalidades distritales. Pero este interesante proyecto no podrá tener un impacto estructural si no se piensa desde el conjunto de la ciudad, y esa capacidad sólo la tiene la Municipalidad Metropolitana de Lima y Provincial del Callao.
Imagen 4: Plano de Huacas de Lima. Fuente: MML
Imagen 5: Proyecto «Puerto Cultura» Huaca Mangomarca. Fuente: Rosabella Álvarez Calderón.
Es por ello que, en este nuevo aniversario de nuestra fundación virreinal, tenemos la oportunidad de poder trabajar mediante una valiosa alianza entre las mencionadas instituciones, la visión de una nueva ciudad desde sus sitios históricos y arqueológicos, buscando en la Limaq milenaria de las 365 huacas aquellos espacios públicos que sincreticen tradición, identidad y cultura, ingredientes fundamentales para el desarrollo del ciudadano del siglo XXI.
Fuente de imágenes:
Imagen 1: https://www.facebook.com/limamasarriba/
Imagen 2: Eleazar Cuadros. http://presbicia-del-andar.blogspot.pe/
Imagen 3: https://elcomercio.pe/lima/sucesos/rejas-lima-seguridad-restriccion-libre-transito-noticia-475152
Imagen 4: https://issuu.com/limacultura/docs/mapa_huacas
Imagen 5: El anteproyecto para el proyecto “Puerto Cultura” en la Huaca Mangomarca ha sido desarrollado por los arquitectos Kevin Malca Vargas, Akemi Higa Flores y Paola Liza Hernandéz, arqueóloga Claudia Núñez, y Bióloga Gabriela Alarcón. Bajo la dirección de la Arqueóloga Rosabella Álvarez Calderón.