Por Aldo Facho Dede, arquitecto y urbanista
Villa Panamericanos Lima 2019
La semana pasada se adjudicó la construcción de la Villa Panamericana al consorcio Besco-Besalco, luego de un concurso en dos fases en el que participaron importantes empresas nacionales e internacionales. En palabras del Sr. Carlos Neuhaus, Presidente del Comité Organizador de los Juegos Panamericanos (Copal), se estarían garantizando los tiempos de ejecución de las obras, e incluso reduciendo los costos inicialmente estimados.[1]
Conjunto residencial “Ciudad del Sol” (Cómas, Lima), que se asemeja al proyecto para la Villa Panamericana, en palabras del Presidente de la Copal Sr. Carlos Neuhaus.
Hasta aquí estaríamos ante una gran noticia para el país, pero existen importantes interrogantes que a la fecha no han sido despejadas por el Gobierno Central: ¿cuál es el sentido de organizar un evento que demandará una inversión que duplica el presupuesto público del año 2017[2] destinado a vivienda y desarrollo urbano[3]?, ¿cuánto retribuirá en la mejora de calidad de vida de los limeños y en el desarrollo urbano de la ciudad?
Tristes ejemplos como las Olimpiadas de Atenas 2004, o los Panamericanos de Guadalajara 2011 pueden darnos cuenta de las consecuencias de concebir este tipo de eventos sin planificar su legado: millones de dólares gastados en infraestructura que con posterioridad no puede ser mantenida por la ciudad, y termina siendo abandonada. El caso de las villas de deportistas es más dramático, pues si no se proyectan para atender la demanda local, terminan siendo difíciles de colocar en el mercado sin subsidiarlas.
Exteriores de la Villa Oímpica de Atenas 2004.
Villa Panamericana Guadalajara 2011, México. Actualmente sin uso.
Según lo visto en el proyecto elaborado por la Copal para la Villa Panamericana vamos por ese peligroso camino. Su ubicación no responde a criterios de planificación urbana, y sólo debido a la disponibilidad del suelo de propiedad del Gobierno Central. Adicionalmente, pareciera que no se están implementando en el distrito las obras necesarias para recibir tan importante inversión inmobiliaria, y propiciar un adecuado valor al entorno urbano. Cabe mencionar que el terreno usado para la villa estaba programado para ser un parque, y según lo visto, no se aprecian áreas de recreación pública independizadas de los edificios que con posterioridad al evento puedan ser cedidas a la ciudad.
Se podría defender el hecho que ubicar vivienda de alta densidad consolida el uso y valor de los parques, como se ha hecho en Buenos Aires con la villa para las Olimpiadas de la Juventud[4], pero este no es el caso de la Villa Panamericana, cuyo plan maestro se asemeja más a un condominio de edificios con áreas verdes privadas.
Hacer referencia a la Residencial San Felipe es un error muy importante, pues los contextos históricos y sociales son muy distintos, además, la Municipalidad de Jesús María es quien ha terminado asumiendo el mantenimiento de los jardines, ¿tendrá Villa el Salvador esa capacidad con un presupuesto per cápita cuatro veces menor?[5].
Entrando al análisis de los edificios, se plantean 7 torres de 20 pisos con un total de 1,090 apartamentos, los mismos que con posterioridad al evento serían colocados como vivienda de interés social[6].
La historia, no obstante, da cuenta que este tipo de edificaciones terminan teniendo serios problemas de seguridad y calidad de servicios, dado que su costo de mantenimiento supera la capacidad de gasto de las familias beneficiadas. El ejemplo emblemático es Pruitt-Igoe, conjunto de viviendas desarrollado en la ciudad de San Luis (EEUU) en la década del 50, que fue demolido en 1972 al haberse convertido en una amenaza social.
Demolición del conjunto residencial Pruitt-Igoe, en 1972
De la misma época, tenemos acertados ejemplos de proyectos urbanos para vivienda de interés social, como son las unidades vecinales 3, Matute y Rímac, con base en edificaciones de menor altura e importantes áreas verdes y recreativas, y que hoy son ejemplos de cohesión social y organización vecinal.
Vecinos de la Unidad Vecinal “Rímac”, El Rímac – Lima. Corporación Nacional de la Vivienda, Arq. Santiago Agurto Calvo, 1952-54.
El panorama es sombrío, no por el evento, que seguro se resolverá con brillo, sino por lo que el evento le dejará a la ciudad, y por la inversión de miles de millones de soles en infraestructura que poco va a impactar en nuestro mejor vivir. Aparentemente no hay ya margen de maniobra, el destino, en este caso, está trazado.
Notas:
[1] http://www.lima2019.pe/es/detalle-noticia/la-villa-de-atletas-ya-fue-adjudicada-para-su-construccion 07/09/2017
[2]http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/ley-de-presupuesto-del-sector-publico-para-el-ano-fiscal-201-ley-n-30518-1459891-1/ http://rpp.pe/politica/estado/los-juegos-panamericanos-2019-le-costaran-s-4125-millones-al-peru-noticia-1001087
[3] https://peru21.pe/economia/18-presupuesto-publico-2017-sera-destinado-educacion-234668
[4] http://www.lanacion.com.ar/2060601-como-son-los-departamentos-de-la-villa-olimpica-que-seran-vendidos-con-creditos-blandos
[5] Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima Metropolitana 2012-2025. Pág. 326
[6] http://www.lima2019.pe/es/detalle-noticia/la-villa-de-atletas-ya-fue-adjudicada-para-su-construccion 07/09/2017
Fuentes de las imágenes:
Imagen 2: https://i.ytimg.com/vi/TQOLvCxgkug/maxresdefault.jpg
Imagen 3: http://omicrono.elespanol.com/wp-content/uploads/2016/08/exteriores-villa.jpg
Imagen 4: https://i2.wp.com/static.animalpolitico.com/wp-content/uploads/2011/10/Villa_Panamericana1.jpg
Imagen 5: www.politecture.files.wordpress.com201111pruitt-igoe
Imagen 6: www.ulisesvegamesias.blogspot.pe
Segun el documental «El Mito de Pruitt-Igoe» es falso asumir que la decadencia y eventual demolicion fue porque el espacio se habia convertido en «una amenaza social», sino que fue el abandono fue parte de una decision deliberada, al haberse convertido en una residencial principalmente para afroamericanos. La estrategia de «redlining» donde barrios principalmente de afroamericanos se convertian en tugurios por accion de una linea roja en los planos, que indicaba que estos se convertian en barrios «peligrosos» donde no se invertia, no se hacia mantenimiento ni se pagaba los servicios, y donde los residentes ni siquiera podian acceder a prestamos de banco para rehabilitar sus viviendas. Daniel Bluestone describe una historia similar para la residencial Mecca de Chicago, que fue demolido principalmente por el peligro imaginario que representaba para los blancos tener un edificio importante con una poblacion afroamericana, lo que llevo a su deterioro al abandonarse el mantenimiento.
En Pruitt-Igoe se cruzan dos factores, el que comentas, muy importante, y el hecho que cuando el Estado deja de acompañar (subsidiar) este tipo de infraestructuras, el servicio decae. Se cruza un tema cultural y económico. Podemos hablar de «La Mina» en Barcelona, «Fuerte Apache» en Buenos Aires, «Bijlmer» en Amsterdam, y otros ejemplos interesantes. Si bien el Estado debe apoyar a los sectores más vulnerables, asumir un rol subsidiario sin traspase de responsabilidades es perjudicial no solo para el Estado, sino, y principalmente, para los beneficiados. En el Perú tenemos buenos ejemplos de conjuntos residenciales de escala humana, y que hoy son modelos de solidaridad y cohesión social: U.V.3, Matute y Rímac, entre otros. EL sentido del artículo es criticar la utilización de modelos arquitectónicos que han fracasado en el mundo, y no optar por modelos exitosos locales.
Saludos y gracias por escribir.