home ciudad, gobierno, opinion DISTRITOS RURALES: ENTRE LA ILUSIÓN Y LA DEMAGOGIA

DISTRITOS RURALES: ENTRE LA ILUSIÓN Y LA DEMAGOGIA

Por William Zabarburú[1], Comunicador para el Desarrollo.

Vista Panorámica de la Villa Platería en Puno. Autor(es): De los Ordoño, Ortega, Mendoza, Cahuana, Gomez, Holguin de PLATERIA

El Congreso de la República viene dedicando muchísimas horas a debatir declaratorias de interés nacional y necesidad pública para iniciar la creación de distritos, donde el 99.5% de ellos son rurales. Hasta la fecha la Comisión de Descentralización ha acumulado más de 137 Proyectos de Ley, de los cuales ha dictaminado 17, el Pleno ha aprobado 20 y ante la observación del Ejecutivo los está aprobando mediante el mecanismo de insistencia.

¿Qué hay en el fondo de esta hemorragia legislativa?: Mucha expectativa e ilusión desde los territorios marginados y mucho oportunismo político también, (como de aquel congresista huancavelicano que ha sido paseado en andas como nuevo Inca por haber gestionado múltiples iniciativas al respecto); porque valgan verdades, salvo honrosas excepciones, la inmensa mayoría de estos Proyectos de Ley no cumplen con los requisitos que la Ley Nº 27795, Ley de Demarcación y Organización Territorial  y su reglamento D.S. Nº 019-2003-PCM señala, y son falsas salidas a un problema estructural y complejo.

“¿Qué hay en el fondo de esta hemorragia legislativa?: Mucha expectativa e ilusión desde los territorios marginados y mucho oportunismo político también (…) porque valgan verdades, salvo honrosas excepciones, la inmensa mayoría de estos Proyectos de Ley no cumplen con los requisitos normativos, y son falsas salidas a un problema estructural y complejo.”

Se ha instalado el sentido común que, creando un distrito rural, se va a salir de la pobreza o gozar de una mejor organización territorial para acceder a una adecuada prestación de servicios por parte del Estado o mayores recursos y alcanzar desarrollo: esto dicen la mayoría de las iniciativas legislativas presentadas. No es casualidad que sean Ayacucho, Apurímac, Cajamarca y Huánuco, golpeadas por la pobreza los que que juntos tengan 58 proyectos de ley para nuevos distritos. Sin duda las expectativas son justas y responden a problemas reales, pero las soluciones parece que no son tales:

El centralismo se reproduce también en los distritos actuales que no redistribuyen adecuadamente el dinero a sus caseríos y centros poblados más lejanos, pero el presupuesto del nuevo distrito creado se hace a costa de reducirle al anterior. Pasar dinero de un bolsilo al otro no resolverá el problema.

“Se ha instalado el sentido común que, creando un distrito rural, se va a salir de la pobreza o gozar de una mejor organización territorial para acceder a una adecuada prestación de servicios por parte del Estado o mayores recursos y alcanzar desarrollo (…) pero el presupuesto del nuevo distrito creado se hace a costa de reducirle al anterior. Pasar dinero de un bolsillo al otro no resolverá el problema.”

La gran mayoría de centros poblados y comunidades que aspiran a ser distritos viven de la pequeña agricultura y el autoconsumo, hay cero industrias, pequeños emprendimientos y no todos tienen posibilidades de algún canon, la tributación es limitada y virán artificialmente del FONCUMUN. Los pocos recursos se destinarán a mantener pequeños equipos de funcionarios en gastos corrientes. Por tanto es casi imposible contar con el requisito de un informe de sostenibilidad fiscal del Ministerio de Economía y Finanzas.

Actualmente existen 1,875 distritos. La creación de más distritos profundizará la fragmentación del territorio de los distritos y provincias. Con circunscripciones muy pequeñas con bajos volúmenes poblacionales, se debilita la gestión del Estado y el desarrollo de las localidades.

La propia Secretaría de Demarcación y Organización Territorial (SDOT) señala que el problema principal de la demarcación territorial es que el 85% de las circunscripciones político-administrativas no han saneado sus límites, siendo ellos referenciales y  existe una marcada  informalidad territorial. A ello debemos sumar que más del 40% de los distritos no tienen la cantidad de población requerida por seguir siendo tales, agravado por una intensa migración interna que despuebla el campo.

“Actualmente existen 1,875 distritos. La creación de más distritos profundizará la fragmentación del territorio de los distritos y provincias. Con circunscripciones muy pequeñas con bajos volúmenes poblacionales, se debilita la gestión del Estado y el desarrollo de las localidades. (…) A ello debemos sumar que más del 40% de los distritos no tienen la cantidad de población requerida por seguir siendo tales, agravado por una intensa migración interna que despuebla el campo.”

Y es también una ilusión porque la sola declaración de interés no crea un distrito ya que corresponde a la SDOT la formulación el Expediente Técnico con los estudios de diagnóstico y saneamiento y organización territorial, lo cuales son lentos y no caminan a la expectativa de los promotores de estas iniciativas.  A pesar de la abundancia de declaratorias de interés no se han creado más de cinco distritos en 15 años. Algunos malos políticos viven de esas ilusiones sin duda.

“(…) es también una ilusión porque la sola declaración de interés no crea un distrito ya que corresponde a la SDOT la formulación el Expediente Técnico con los estudios de diagnóstico y saneamiento y organización territorial, lo cuales son lentos y no caminan a la expectativa de los promotores de estas iniciativas.”

Finalmente hace varios años en el país vivimos una intensa lucha por la propiedad, control y uso de los recursos existentes (sean estos mineros, petroleros, las mejores tierras para la agroexportación, hidrobiológicos, agua, bosques, etc.) en los territorios de las comunidades originarias.  Sean aperecidos por la gran inversión nacional o extranjera que vía concesiones adquiere derechos sobre grandes extensiones territoriales, muchas de los cuales se sobreponen a las delimitaciones distritales; y también la expansión perniciosa y brutal, del capital ilegal que expande la minería y la tala ilegal depredando bosques, el control de áreas territoriales para usos del narcotráfico, el intenso tráfico de tierras; etc. 

“Finalmente hace varios años en el país vivimos una intensa lucha por la propiedad, control y uso de los recursos existentes (sean estos mineros, petroleros, las mejores tierras para la agroexportación, hidrobiológicos, agua, bosques, etc.) en los territorios de las comunidades originarias. (…)”

El próximo Congreso debe aprobar una moratoria a la creación de más distritos y avanzar en la descentralización efectiva mediante un enfoque deplaneamiento y objetivos de país, especialización productiva, visión de cuenca y subcuenca, descentralización de recursos y cohesión social. Debemos ir a un nuevo Ordenamiento Territorial democrático que respete los derechos de los pueblos y la naturaleza y supere el actual que es de facto impuesto por el gran capital, el centralismo y las economías ilegales. Resolver los conflictos por límites, mediante el diálogo entre los pueblos y modificar la Ley Orgánica de Municipalidades para que el Presupuesto participativo no sea opcional, sino obligatorio.

“Debemos ir a un nuevo Ordenamiento Territorial democrático que respete los derechos de los pueblos y la naturaleza y supere el actual que es de facto impuesto por el gran capital, el centralismo y las economías ilegales. Resolver los conflictos por límites, mediante el diálogo entre los pueblos y modificar la Ley Orgánica de Municipalidades para que el Presupuesto participativo no sea opcional, sino obligatorio.”


[1] Comunicador para el Desarrollo, con estudios de maestría en Ordenamiento Territorial, es actualmente asesor de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, AfroPeruanos , Ambiente y Ecología del Congreso de la República.

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