Por Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista
A menos de dos semanas de las elecciones municipales las encuestas nos dicen que cerca de la mitad de los limeños no tiene decidido su voto[1]. Pareciera que las preferencias hacia ciertos candidatos no se dan por sus planes de gobierno o por la viabilidad de sus propuestas, sino por cuán conocidos o recordados son. Ello es sumamente crítico, pues nuestra ciudad necesita una ruta clara de acción para poder abordar temas fundamentales, y que han sido inexplicablemente postergados en la actual gestión.
Las políticas y acciones de los alcaldes distritales y del metropolitano inciden directamente en nuestra seguridad, calidad de vida y en el valor de nuestro patrimonio inmueble, y, por más que parezca que la configuración política de nuestra ciudad está hecha para no funcionar (1 alcalde metropolitano y 43 distritales), los problemas que vivimos son en su mayoría producto de gestiones ineficientes, y no de la superposición de sus funciones o de la falta de herramientas.
Hace unos meses, junto a Mariana Alegre y a un grupo de notables expertos, hicimos un interesante análisis de la percepción de los limeños y chalacos de su ciudad, a partir de la encuesta 2017 de Lima Como Vamos (LCV). Luego de analizar los problemas, concluimos que había una posible solución común a todos: asumir la gobernanza de la ciudad, entendida como la capacidad de liderar y trabajar junto a los ciudadanos, instituciones y empresas en la construcción de un mejor futuro. Para ello no sólo se necesita entusiasmo y buenas ideas, sino conocimiento pleno nuestra realidad, experiencia en la gestión pública, conciencia de lo que se puede y no hacer desde el gobierno municipal, capacidad política y humildad para liderar las alianzas necesarias, y firmeza para hacer cumplir las normas. Repasemos tres de los principales problemas que la ciudadanía destaca para sustentar esta tesis.
Gobernanza en seguridad, el principal problema que señalan los limeños y chalacos, no por nada dos de los tres candidatos que lideran las encuestas tienen este tema como estandarte. Existen diversas propuestas, como es la de incrementar el número de policías en las calles, castigar a los delincuentes con penas más duras, tener un serenazgo único, y hasta militarizar las calles. La realidad es que ninguna de ellas es posible, pues están fuera de las competencias metropolitanas, lo que sí puede y debe hacer el alcalde es liderar la articulación de los serenazgos distritales, entre ellos y con la Policía Nacional, y dar el ejemplo con acciones orientadas a la reducción de delitos en el Cercado de Lima, que es el espacio donde tiene plenas facultades.
Gobernanza en movilidad urbana, ¿quién es el responsable del suplicio diario que padecemos en nuestras calles?, recientemente se ha anunciado la creación de la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) como respuesta a esta situación, pero créanme que ello sólo va a hacer más difícil gobernar la ciudad, pues lo que hoy padecemos no es producto de la falta de una autoridad, sino del desinterés de la autoridad competente por abordar el problema de forma integral.
Esa autoridad es Lima Metropolitana, que tiene facultades plenas para resolver los principales problemas de la ciudad en cuanto a movilidad urbana. Lo que hace falta es consensuar un plan integral con los diferentes actores políticos (MTC, provincia del Callao y distritos), poner decididamente en marcha el Sistema Integrado de Transportes (SIT), implementar acciones a corto plazo sobre los nodos neurálgicos de la ciudad, y fortalecer la fiscalización y control sobre nuestras calles. Se debe demostrar al vecino que con orden y liderazgo la ciudad mejora.
Gobernanza territorial, la falta de planificación y fiscalización del territorio agudiza la vulnerabilidad de la población ante fenómenos naturales, dificulta seriamente la prestación de servicios básicos y hace poco eficiente la inversión del estado en infraestructura, es por ello que este debiera ser uno de los grandes temas a abordar por las próximas autoridades ediles. Una correcta y ágil planificación urbana permite guiar inversiones y determinar infraestructura que potenciarán la economía local, es por ello que es fundamental la participación de la sociedad civil y sector privado, tanto en su construcción como en su seguimiento y actualización, para de esa forma poder garantizar su vigencia y efectividad. En ese sentido, es preocupante que sólo cuatro de los 20 candidatos le hayan dado esa importancia en sus Planes de Gobierno, más cuando el último plan que se aprobó para Lima fue elaborado a finales de los ’80.
Las últimas gestiones nos han dejado como aprendizaje que no basta con tener buenas intenciones si no se tienen las suficientes herramientas políticas para implementarlas, y que la ciudad no se gobierna con obras, sino con gestión, planificación y consensos. Si aún estás indeciso con tu voto, te recomiendo confiar en el candidato que te de mayores certezas sobre su experiencia y capacidad para gobernar la ciudad, que tenga pleno conocimiento de lo que puede y no hacer, y que muestre un equilibrio entre determinación y humildad para abordar y consensuar las grandes reformas que Lima demanda.
[1]https://elcomercio.pe/opinion/editorial/elecciones-lima-debate-jne-editorial-noche-recordar-noticia-560550
Fotografía: Eleazar Cuadros. «Niños de la ciudad de Lima». La Balanza, Comas. 2017. Todos los derechos reservados.