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PLANIFICANDO LA NUEVA RURALIDAD POSPANDEMIA

Flavio Vila Skrzypek, arquitecto

La pandemia ha evidenciado nuestro problema estructurante de planificación urbana en Lima Metropolitana, especialmente con el suministro de mercados y otros equipamientos comerciales. Sumado a esto, también hemos visto un gran número de familias luchando por regresar a sus ciudades de origen revelando otro problema de ordenamiento, pero esta vez territorial.

A comienzos de la cuarentena, solo 4461 personas de 167 mil inscritas (el 2.67%) habían podido regresar a sus regiones de origen. (Atamaín et al, 2020, parr. 10) Muchas familias, organizadas en grupos de Whatsapp y equipadas solo con poca ropa, dejaron de esperar la ayuda humanitaria del Estado y emprendieron este éxodo del miedo caminando por carreteras. Las consecuencias han sido desde hambre y agotamiento hasta detenciones policiales y, en un caso registrado, la muerte de un joven.

Podemos observar una nueva fuerza que está estimulando a un grupo de la población a iniciar procesos de migración. Ya no es el desborde popular de décadas pasadas (Matos Mar, 1986, pp. 17-19), sino una incertidumbre hacia el empleo y miedo provocado por la pandemia. Se nos presenta entonces la oportunidad de adaptar la planificación del espacio para responder a estas nuevas comunidades en transición y diseñar políticas que ayuden a articular otros sectores con el territorio.

“Podemos observar una nueva fuerza que está estimulando a un grupo de la población a iniciar procesos de migración. Ya no es el desborde popular de décadas pasadas (Matos Mar, 1986, pp. 17-19), sino una incertidumbre hacia el empleo y miedo provocado por la pandemia.”

Es también momento de repensar ‘lo rural’ pues la dicotomía clásica del campo, como espacio de extracción, y la ciudad, como espacio consumidor-industrializador, (Pineda, 2018, p. 39) ya no tiene valor explicativo. En el marco de la globalización, lo rural ha tomado características multisectoriales formando una “nueva ruralidad”, una nueva relación campo-ciudad donde los límites entre ambos ámbitos se difuminan y complejizan. Estas son ahora comunidades transnacionales gracias a la presencia de telecomunicaciones (consideremos el uso del Whatsapp descrito anteriormente) que conectan regiones alejadas y las crecientes actividades económicas no-agrícolas (como el turismo, la manufactura y las artesanías) que forman unidades familiares plurifuncionales (De Grammont, 2004, pp. 279-281).

“En el marco de la globalización, lo rural ha tomado características multisectoriales formando una “nueva ruralidad”, una nueva relación campo-ciudad donde los límites entre ambos ámbitos se difuminan y complejizan.”

¿Cómo podríamos evidenciar estas ‘comunidades en movimiento’ dentro de nuestra planificación del territorio? Para responder esta interrogante, destaco el concepto de “conglomerado urbano” que el D.S. 022-2016-Vivienda define como un “conjunto urbano integrado por el casco urbano de más de un centro poblado y su correspondiente área de influencia que […] es el producto de la expansión […] (de varios) centros poblados cercanos.” Esta visión sistemática de que los centros poblados (CCPP) dentro de una misma área de influencia están relacionados, nos permite especular sobre las distintas dinámicas territoriales que podríamos considerar para repensar la planificación rural. Por ejemplo, por qué no podríamos pensar en un plan de desarrollo rural en función a distintas vocaciones que pueden tener los CCPP dentro de un mismo conglomerado urbano o en función a un recurso hídrico.

“Por ejemplo, por qué no podríamos pensar en un plan de desarrollo rural en función a distintas vocaciones que pueden tener los centros poblados dentro de un mismo conglomerado urbano o en función a un recurso hídrico.”

El año pasado, por razones profesionales, tuve la oportunidad de visitar los CCPP de Santa Rosa de Oroza y Nuevo Israel, en el distrito de Las Amazonas, provincia de Maynas y región Loreto. Estas eran dos comunidades, indígena y campesina específicamente, cuyo único acceso era a través de los ríos Amazonas y sus afluentes, a 6 horas de Iquitos y “haciendo escala” en el CCPP de Yanashi. Eran alejadas, pero con representantes en constante movimiento entre los CCPP circundantes e Iquitos ¿Es muy utópico pensar que podríamos planificar estos CCPP en función al recurso hídrico con medios de transporte fluviales como si fueran los urbanos a los que estamos acostumbrados en las ciudades?

Lo propuesto presenta también dificultades como situaciones donde los conglomerados urbanos suceden en unidades políticas distintas. Sin embargo, lo planteo como un inicio para evitar lo sucedido durante la pandemia estableciendo redes de articulación concretas y democratizando nuestro territorio.

 

Bibliografía

Atamaín, Y., Callapiña, G., Cárdenas, C., Carrillo, J., Chacón, K., Chávez, C., . . . Zapata, R. (26 de abril de 2020). La dura travesía de los más pobres: pandemia y desempleo expulsan a miles de migrantes. Obtenido de Ojo Público: https://ojo-publico.com/1786/desplazados-por-la-pandemia-la-travesia-de-los-mas-pobres

De Grammont, H. (2004). La nueva ruralidad en América Latina. Revista Mexicana de Sociología, 66, 279-300. Obtenido de https://www.jstor.org/stable/3541454

Matos Mar, J. (1986). Desborde popular y crisis del Estado. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

Pineda, C. E. (2018). El despliegue del capital sobre la naturaleza. En H. Cuevas Valenzuela, D. Julián Véjar, & J. Rojas Hernández, América Latina: Expansión capitalista, conflictos sociales y ecológicos (págs. 125-146). Santiago: RIL Editores – Universidad de Concepción.

Foto: Flavio Vila, Centro Poblado de Yanashi.

 

5 thoughts on “PLANIFICANDO LA NUEVA RURALIDAD POSPANDEMIA

  1. Estimado Flavio, comparto plenamente el abordaje de los temas enunciados (políticas públicas, planificación, ordenamiento, nueva ruralidad, desarrollo), a nivel global se están re-estructurando los enfoques de la planificación y gestión del desarrollo urbano y regional (HABITAT, FAO, CEPAL, entre otras a nivel global), así como los enfoques institucionales y sectoriales; en este sentido, las categorías conceptuales y la narrativa puede variar; sin embargo coincido en la necesidad de formular e implementar un nuevo modelo de gestión territorial basado en unidades de paisaje (el jurisdiccional es una categoría que podría ser utilizado), el cual no solo aborda las variables socio-ecológicas, de infraestructura y equipamiento, la matriz biofísica del territorio (cuencas hidrográficas) y los aspectos culturales; integrando los ODS y los acuerdos internacionales; para lo cual se requiere de una institucionalidad gubernamental de mayor fortaleza y capacidad.

    1. Estimado Horacio, agradezco mucho tu comentario. Coincido en que es necesario este nuevo modelo de gestión territorial. Lo que enfoco en el artículo son las nuevas dinámicas urbano-rurales que existen. Las ciudades se han ruralizado y lo rural se ha urbanizado; en este sentido, ya no podemos tener definiciones exactas para ambos conceptos ya que comparten características. Pensemos por ejemplo en la minería en Cerro de Pasco donde el extractivismo es una actividad tradicionalmente “rural” o las difuminacion urbano-rural en Lurín o Carabayllo, en Lima.
      Ademas, en el marco de la globalización, las comunidades se encuentran en movimiento gracias a las nuevas tecnologías y rutas de transporte por lo qué hay un pensamiento sistemático con el que debemos enfocar nuestros modelos de gestión territorial. En Perú existen las nociones de macrosistemas y conglomerados urbanos, considero que estos pueden/deben ser más aplicados en futuros planes.

  2. Interesante y real! La gestión del territorio desde lo normativo tiene mayor alcance sobre las grandes áreas urbanas, siendo que las áreas rurales y centros poblados menores tienen otras formas de interrelación -son ccpp aparentemente dispersos en el territorio, pero conectados funcionalmente a través del río o alguna carretera- La escala se transforma y ya no justificamos su integración solo en caso de conurbaciones, ya que el tratarlos de manera independiente se limita su potencial de desarrollo.

    1. Estimada Daline, gracias por tu comentario. Es totalmente cierto lo que dices. Los CCPP considerados rurales existen desde una versión sistémica del territorio con distintas vocaciones según sus servicios o cercanía con las ciudades intermedias. Las políticas de desarrollo rural deben tener esa visión por los dispersos, pero relacionados que estos están.

  3. Apreciado Flavio,
    De acuerdo, es en verdad urgente, repensar el concepto de “ruralidad”, que supere la definición discriminatoria de “centro y periferia” y la visión productivista de “sector agrícola” que debe ser explotado para el consumidor urbano; es fundamental entonces, concebir el “entorno rural”, como un escenario pluriactivo que permita redireccionar la percepción reduccionista.
    En este objetivo, es necesario activar y desde el territorio local, los procesos de “reingeniería” en materia de políticas públicas, de tal manera, que en el asunto del ordenamiento territorial, se cambie la perspectiva del modelo obsoleto de disgregación funcional, para que emerja la importancia estratégica del territorio rural, como complemento estructural de lo urbano, pero fundamentalmente, como un factor de soporte vital del sistema ambiental y ecológico del territorio municipal.

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