Por Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista
El jueves 2 de julio se publicó el Decreto de Urgencia N° 079-2020 (DU), por medio del cual se aprueban medidas económicas y financieras orientadas a permitir la operación de los prestadores del servicio de transporte público, mediante el otorgamiento de un subsidio que ayude a cubrir los costos de funcionamiento. Ello porque, como bien sabemos, el transporte público en el Perú es autosostenible, y la aplicación de las medidas sanitarias dictadas por el Gobierno para la reanudación de actividades (Decreto Supremo N° 080-2020-PCM) implica una considerable reducción de la capacidad de pasajeros, impactando directamente en la recaudación. La única excepción es el Metro de Lima, que tiene una tarifa subsidiada.
«Como bien sabemos, el transporte público en el Perú es autosostenible, y la aplicación de las medidas sanitarias dictadas por el Gobierno para la reanudación de actividades implica una considerable reducción de la capacidad de pasajeros, impactando directamente en la recaudación.»
Desde el inicio de la emergencia sanitaria se supo que no había manera que el transporte público volviera a funcionar sin dicho subsidio, entonces, ¿por qué se esperó hasta la reanudación de actividades para implementarlo? Se puede comprender que el Estado se haya visto desbordado por la pandemia, pero no es una novedad el hecho que la actividad económica del país depende en gran parte de la movilidad de las personas, y que el grueso de ellas se traslada mediante el uso del transporte público. Por ende, debió ser prioritario el diseño de un mecanismo que garantice el servicio, en cumplimiento de las medidas sanitarias, sin afectar la seguridad y calidad del mismo.
Luego de más de 100 días de cuarentena, esperábamos que dicha medida estuviese como mínimo pensada como la base de una reforma integral del transporte público a nivel nacional, en particular en Lima Metropolitana, pero luego de revisar el contenido del DU nos queda la sensación de que estamos ante el desperdicio de la oportunidad más clara que se ha tenido para emprender dicha transformación, y que, peor aún, las consecuencias de su aplicación pueden alejarnos mucho más de un sistema eficiente, moderno y seguro. A continuación, les explicaremos porqué.
«Luego de revisar el contenido del DU nos queda la sensación de que estamos ante el desperdicio de la oportunidad más clara que se ha tenido para emprender dicha transformación, y que, peor aún, las consecuencias de su aplicación pueden alejarnos mucho más de un sistema eficiente, moderno y seguro. A continuación, les explicaremos porqué.»
1. La informalidad del sistema de transporte público hace casi imposible determinar el impacto de las medidas sanitarias en la sostenibilidad de la operación. Los transportistas habían anunciado que el boleto tendría que subirse a 5 o 6 soles para poder cubrir sus costos, pero estudios desarrollados por Movuslab[1] han determinado que dichos costos podrían cubrirse con entre 2,5 y 4 soles, estimando una tasa de ocupación de entre el 50% y 30% respectivamente.
2. Se ha elegido medir el subsidio en base al kilometraje recorrido y no en base a la eficiencia del servicio, ello afecta directamente a las empresas que han apostado por unidades de mayor capacidad, cuyo costo operativo no está tanto relacionado con los kilómetros que recorren, sino con la operación misma, en cumplimiento con las exigencias de las leyes laborales y de transporte.
3. Un subsidio en combustible no garantiza un mejor servicio, sino que estimula la operación de vehículos obsoletos y contaminantes. Según los ya mencionados estudios, la incidencia del costo del combustible en vehículos de este tipo es del 30%, mientras que en vehículos modernos y de mayor capacidad oscilaría entre el 15 y 18%. Ello debido a que están equipados con motores modernos y eficientes, y que utilizan combustibles más económicos y menos contaminantes, como el gas natural. De ello concluimos que esta medida estimula justamente la operación de los vehículos que queremos retirar de nuestras calles, y aleja la inversión en un mejor servicio.
4. No se han excluido empresas o vehículos afiliados con multas, ni se exigen condiciones mínimas de operación, seguridad y calidad de servicio. Esto significa un respaldo directo a la delincuencia e informalidad, y un desincentivo a quienes cumplen la ley y cuidan las vidas de los ciudadanos.
5. No se plantea un subsidio diferenciado para empresas que tengan a sus trabajadores en planilla, cumpliendo con las leyes laborales, de las que afilian vehículos para la operación de las rutas, donde los choferes son quienes soportan el costo de la operación, y subsisten con el saldo de la misma.
6. Lima y el Callao, con más de 10 millones de habitantes, sólo tienen hasta el doble del subsidio máximo del resto de ciudades, siendo que la segunda en población es Trujillo, con 1 millón, y la mayoría no llega a los 500 mil habitantes. El subsidio, ¿no debiera ser, como mínimo, proporcional a la dimensión del servicio?
7. En el caso de Lima y el Callao, se han excluido los servicios de transporte concesionados en el marco de normas de promoción de la inversión privada, es decir, el Metro de Lima, el Metropolitano y los Corredores Complementarios, que son justamente los servicios más seguros, eficientes y modernos de la metrópoli. ¿Cómo pretendemos que subsistan? Sólo el primero cuenta con un subsidio en la operación, mientras que los otros dos son autosostenibles.
8. No se da como condición para la operación la implementación de un sistema de cobro electrónico del boleto, ya sea elaborado por la misma empresa, o trabajando desde el MTC en alianza con la banca privada, aprovechando los sistemas ya existentes (yape, plin, lukita, etc.) Perdemos con ello la oportunidad de atacar el corazón de la informalidad, en la enorme masa de dinero en negro que mueve el transporte público, de conocer los verdaderos ingresos del servicio, y de poder plantear un modelo de subsidio dirigido al usuario y no a la empresa.
9. El plazo planteado para la implementación de “mejoras” supera los 90 días desde la publicación del DU, siendo se han tenido ya más de 100 días para que el DU salga con las mejoras implementadas, y que hoy ya es insostenible su operación.
10. Por la complejidad de la implementación de los subsidios anunciados, es muy probable que estemos semanas sin una solución para el funcionamiento del sistema, atentando directamente sobre la vida y seguridad de los ciudadanos más vulnerables, como ya estamos viendo en diversos portales de noticias.
¿Qué nos queda?
Levantar la voz, reclamar y exigir, y no conformarnos con las migajas de la improvisación. Necesitamos con urgencia una reforma integral del transporte urbano en todas nuestras ciudades, y para ello necesitamos de la decisión y el compromiso del Ejecutivo, gobiernos regionales y provinciales. Nos alarma el creciente número de muertes producto de la expansión del virus Covid-19, debería alarmarnos también las muertes que se suceden cada día producto de accidentes viales, siendo que las cifras acumuladas de la última década se asemejan a las de esta pandemia.
«Nos alarma el creciente número de muertes producto de la expansión del virus Covid-19, debería alarmarnos también las muertes que se suceden cada día producto de accidentes viales, siendo que las cifras acumuladas de la última década se asemejan a las de esta pandemia.»
La pregunta no es quién mata más, sino qué debemos hacer para que no muera un peruano más por este tipo de causas. La reforma integral del transporte público es el único camino.
[1] Dichos estudios fueron expuestos por la Ingeniera Fabiola Espinoza, en el webinar “Ciudad y Transporte – Covid 19. Reforma del Transporte”, de fecha 2 de julio de 2020, organizado por la Maestría en Ciencias en Ingeniería con mención en Transporte, de la Universidad Nacional de Ingeniería del Perú y Movuslab. Los resultados son parciales. La investigación aún no ha sido publicada.
Pueden descargar el DU desde el siguiente enlace: https://www.gob.pe/institucion/atu/normas-legales/762837-079-2020
Fuente de la imagen: https://elgasnoticias.com/transporte-publico-cuales-seran-los-requisitos-para-acceder-al-subsidio/